Se acerca La Navidad y sin querer nos sentimos sensibles y nostálgicos por las personas que no pueden estar con nosotros. Entre esos seres queridos, se encuentran nuestros abuelos a los cuales les debemos mucho de lo que hemos aprendido . Yo en concreto recuerdo a mi abuela María , enseñándome poemas navideños para poder recitarlos año tras atro en lo alto de una silla como nieta mayor. También nos enseñaba villancicos en Valenciano de cuando ella era pequeña, nos contaba anécdotas familiares y así nos juntámos toda la familia en días tan especiales.
Mi abuelo como cabeza de familia, nos daba las estrenas a todos después de recitar poemas y cantar canciones. Los dos días después del día de Navidad, felicitábamos a otros familiares, reuniéndonos en casas de nuestros tíos.
Hoy en día , la Navidad la vivimos de manera más práctica, nos juntamos cuando podemos y si no podemos el día 25 pués es el 26. Por otro lado, si no nos apetece por cualquier motivo, nos inventamos alguna historia. Sí, es cierto , aunque para algunos no hay que mirar el pasado, yo pienso que sin un pasado no podemos ni vivir el presente ni añorar un futuro.
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